lunes, 25 de noviembre de 2013

Batalla de las Termópilas

La batalla de las Termópilas
 fue una confrontación de la Segunda Guerra Médica en la que se enfrentaron el Imperio persa de Jerjes I y una alianza de polis griegas lideradas por Esparta. La batalla duró tres días y se desarrolló en el paso de las Termópilas (cuyo nombre se traduce por Puertas Calientes puerta; derivaba de los manantiales cálidos que existían allí), en agosto o septiembre de 480 a. C. En esas mismas fechas tenía lugar la batalla de Artemisio.


La invasión persa fue una respuesta tardía a la derrota sufrida en la Primera Guerra Médica, que había finalizado con la victoria de Atenasen la batalla de Maratón. Jerjes reunió un ejército y una armada inmensas para conquistar la totalidad de Grecia y, como respuesta a la inminente invasión, el general ateniense Temístocles propuso que los aliados griegos bloquearan el avance del ejército persa en el paso de las Termópilas, a la vez que bloqueaban el avance de la armada persa en los estrechos de Artemisio.

Un ejército aliado formado por unos 7.000 hombres aproximadamente marchó al norte para bloquear el paso en el verano de 480 a. C. Elejército persa, que conforme a las estimaciones modernas estaría compuesto por unos 300.000 hombres, llegó al paso a finales de agosto o a comienzos de septiembre. Enormemente superados en número, los griegos detuvieron el avance persa durante siete días en total (incluyendo tres de batalla), antes de que la retaguardia fuera aniquilada. Durante dos días completos de batalla, una pequeña fuerza comandada por el rey Leónidas I de Esparta bloqueó el único camino que el inmenso ejército persa podía utilizar para acceder a Grecia. Tras el segundo día de batalla, un residente local llamado Efialtes traicionó a los griegos mostrando a los invasores un pequeño camino que podían utilizar para acceder a la retaguardia de las líneas griegas. Sabiendo que sus líneas iban a ser sobrepasadas, Leónidas despidió a la mayoría del ejército griego, permaneciendo para proteger su retirada junto con 300 espartanos, 700 tespios, 400 tebanos y posiblemente algunos cientos de soldados más, la mayoría de los cuales murieron en la batalla.

lunes, 18 de noviembre de 2013

armamento persas y espartanos

Armamento :

espartano

                                                                                        .

Los hoplitas espartanos a menudo son representados llevando una cresta atravesada en su casco, si bien se trata posiblemente de un símbolo utilizado para identificar a los oficiales

En el periodo arcaico, los espartanos estaban equipados con armaduras de bronce articuladas, cnémidas para las piernas, y el casco, normalmente un casco corintio. A menudo se discute qué tipo de armadura para el torso utilizaban los espartanos durante las Guerras Médicas, si es que usaron alguno, aunque parece probable que continuasen llevando corazas de bronce, aunque de un estilo algo más esculpido, o bien que hubiesen llevado el linotórax en su lugar. En la última parte del siglo V a. C., cuando la guerra se había vuelto más flexible y los enfrentamientos a gran escala entre falanges eran más raros, los griegos fueron abandonando muchas de las formas de armadura corporal utilizadas hasta entonces. Los lacedemonios también adoptaron una nueva túnica, la exomis, que podía colocarse de forma que dejase el brazo y el hombro derecho descubiertos y libres para entablar el combate.Además, y junto con la lanza, los espartiatas también iban armados con un xifos como arma secundaria.

Los espartanos mantuvieron el sistema tradicional de la falange hoplita hasta las reformas de Cleómenes III, cuando fueron equipados con la sarissa macedonia y comenzaron a entrenarse en el estilo de la falange macedonia.         


persas


Por lo que respecta a los combates ente hoplitas y persas, estos últimos fueron representados la mayoría de las veces como arqueros, soldado que se convirtió en sinónimo de guerrero persa; aunque su arco no respondía siempre al mismo esquema formal, sino que en unos casos era recto, en otros doble o tendido hacia atrás como el de los escitas. Fue frecuente en la iconografía el uso de armas cortantes como hachas y espadas, dándose el caso ajeno a la tradición hoplítica de mostrarse el soldado persa como arquero y espadachín a la vez. Hay que notar también que la espada del persa no es la característica xifos  —si bien se utiliza también el término—, sino que se trata de una espada curva y cortante: la makhaira. Sirva como corroboración la denominación de los persas por Esquilo como «la gente armada con espada» . En el mundo griego la makhaira era el instrumento del corte sacrificial, espada que Jenofonte tiempo después denominó con el término kopis (κοπίς).
Un persa que aparece en la copa de Oxford del Pintor de Brygos, cae bajo la carga de un hoplita. En el escudo del griego se aprecia la parte inferior de la cabeza de un toro. Debajo del escudo del hoplita se halla el spara (escudo) del iranio. Su coraza es idéntica al modelo de las corazas griegas compuestas. Su antebrazo derecho blande una espada tipo kopis de la que sólo se distingue el pomo.
Del hoplita tomó el persa a veces la coraza, pero nunca las grebas ni el escudo redondo, sino una pelta o un escudo rectangular. Este soldado de a pie Llevaba una akinakes, daga larga y recta, de doble filo, de la que hablan Jenofonte y Heródoto,una lanza corta con astil de madera y contrapeso esférico con cabeza de metal, un carcaj con flechas de caña con punta de bronce o de hierro y un arco compuesto. Las flechas iban a alojadas en lo que los griegos llamaban gorytos, una mezcla de carcaj y funda para arco, inventado por los escitas. Se colocaba a la altura de la cintura. Disponía de dos compartimentos separados: en uno se colocaban las flechas, atadas con una correa de cuero, y el arco en el otro. Según Heródoto el gorytos que empleaban los escitas estaba cubierto de piel humana, arrancada de los miembros amputados de sus enemigos, lo que le confería su color blanco.50

Las puntas de las flechas solían tener tres filos, algunos de 3 o 4 cm de longitud, y estaban huecas. Se colocaban en una vara de madera que a su vez se ensartaba en la vara principal, hecha de caña, ligera y hueca. Con sus puntas pequeñas, estas flechas relativamente ligeras eran más eficaces contra objetivos sin armar que para penetrar en un escudo o en una armadura. Esquilo dice que el arco era un símbolo tan importante para los persas como la dory, la lanza de punta de bronce para los griegos.El arco compuesto, de alrededor de 1,2 m de longitud, era el arma por excelencia. Consistía en un alma de madera, cuya parte exterior estaba revestida con tendones laminados, y la exterior o posterior con asta. Merced a la elasticidad de los tendones, al tensar la cuerda, el asta y el vientre se comprimían y los tendones se estiraban. Explotando sus propiedades mecánicas, ambos materiales reaccionaban para propulsar la cuerda. Este tipo de arco era muy difícil de tensar y necesitaba el concurso de ambas piernas y brazos. La técnica de disparo, tanto de los escitas como de los persas consistía en estirar la cuerda hasta la barbilla o pecho del arquero con las puntas de tres dedos, sosteniendo la flecha entre los dedos índice y medio. El pulgar y el meñique no intervenían. Los arqueros disparaban flechas incendiarias masiva y frecuentemente al enemigo, lo que les permitía colgarse el carcaj en el costado, a la altura de la cintura.
La sagaris, también de origen escita, era un hacha con mango largo y estilizado, y una hoja pesada y cortante. La más usual era una ligera, que podían utilizar tanto los infantes como los jinetes. Blandida de forma eficaz con una sola mano, podía penetrar en casco un metálico o en una coraza.
El soldado de infantería se protegía con un escudo ligero de mimbre. Normalmente, se fabricaba con cañas trenzadas a través de una lámina húmeda de cuero. Cuando ésta se endurecía, las virtudes combinadas de ambos materiales le conferían la capacidad de detener las flechas enemigas. El escudo pequeño, en forma de luna creciente con las puntas dirigidas hacia arriba, podía plantarse en el suelo, lo que permitía al arquero descargar sus flechas desde la espalda con relativa protección. Algunos soldados llevaban escudos ovales con segmentos circulares  similares al hoplita.